1. RUBEN
DARIO nació
en Metapa, Matagalpa, Nicaragua, en el año 1867 y falleció en León el 6 de
febrero de 1916. En 49 años de vida renovó gran parte del ritmo, métrica y
armonía de la poesía latinoamericana, caribeña
y española Darío incorporó a la poesía y prosa, todo un universo
conceptual de la estética modernista, juntamente con una constelación de
vocablos y reinos enteros de mitología griega, latina y otras que empezaron a
brillar con luz propia en la literatura hispanoamericana.
2. LA
ESCUELA POETICO–LITERARIA MODERNISTA fue abanderada por Rubén Darío y su influencia trascendió
con amplitud a la poesía, cuento, narrativa literaria, ensayo sociológico y
prosa periodística, tanto de América Latina y del Caribe como de España. El 6
de febrero del presente, se cumplió un siglo del fallecimiento del poeta Rubén
Darío, y el gobierno de Nicaragua le declaró Héroe Nacional, en reconocimiento
a la importantísima contribución enriquecedora latinoamericana de la lengua
española.
3. LAS
INFORMACIONES QUE SE HAN DIVULGADO con relación al centenario de la desaparición física de
Rubén Darío, son demasiado escuetas e inesenciales con respecto al significado
de su labor literaria y cultural, ya que no se ha dicho ni una palabra de las
condiciones socio-literarias en que el poeta entró en contacto con los
preciosos datos iníciales que le abrieron los ojos ante el filón literario modernista
que su audaz inteligencia captó y logró explotar con gran éxito
histórico-cultural.
4. SIN
NEGAR LA CAPACIDAD CREATIVA DE DARIO, debemos decir que fue el salvadoreño,
Francisco Gavidia, quien antes había entrado en contacto con los primeros
atisbos de las inquietudes modernistas
que brotaban inicialmente en la literatura francesa. Francisco Gavidia,
se encontró con aquellas novedosas ideas porque leía literatura francesa y
estudiaba su retórica poética. El, conocía variedades métricas de aquella
literatura, y siendo igualmente estudioso de expresiones literarias de idiomas
de la familia de las lenguas mayas, trataba de establecer equivalencias
musicales mediante ritmos internos, cesuras o cortes propios de sus métricas
poéticas.
5. JUAN
FELIPE TORUÑO, investigador de la literatura
modernista, desde el inicio, dice en su obra “Desarrollo Literario de El
Salvador (Pag.181)”: El Poema Stela de
Víctor Hugo, era el que le servía para el desentrañamiento estético. Y ya
traducido, pero sin dar en la verdad métrica, leía, releía, quitaba, agregaba,
modificaba empeñoso en llegar al secreto. Tornaba a leer en francés y
comparaba. Toruño, cita el testimonio de Gavidia así:
6. “FELÍZ
CON MI PERSONAL HALLAZGO, LEI VERSOS FRANCESES para mi gusto y mi recreo; y los leí a
quienes quisieron oírme, que no fueron pocos, entre los estudiantes compañeros
de prensa que eran entonces pimpollos de literatos, de médicos y de abogados…Pero
hubo uno que prestó atención como yo lo deseaba; que me oyó una vez; y una o
dos más parrafadas de versos franceses, y un día y otro día; y finalmente leyó
a su vez como yo mismo lo hacía. Este mi interlocutor era un gran palmino y
un gran becqueriano; había leído cien dícimas, dignas del mismo don
José Joaquín Palma, ante el Congreso de Nicaragua y llenaba los álbumes con
imitaciones de Bécquer. Nada había hasta allí de modernista en él: o, mejor
dicho, de francés”.
7. “UN
DIA ME MOSTRÓ UNAS CUARTILLAS que
abultaban de un modo jactancioso: era el tiempo y la edad nuestros en que el
mayor volumen era como la parte del mérito de la obra literaria. Era un
comienzo de poema. Estos versos eran la imitación del alejandrino francés en
versos castellanos. Uno que nos llamara la atención en nuestras lecturas, por
estar formados con sólo dos palabras, el verso célebre.”Rebruniquecherait
Nabuchodonosor”, había sido imitado en el poema hablando del huracán,
en sentido simbólico, decía: /“No le temas, oh yerba, que desconoce el prado”/,
¡Témele tú, robusto, monocotiledón! (Rubén Darío)
8. COMO
PUEDE DEDUCIRSE, “el
palmino”, era Rubén Darío, escuchando a Gavídia. El artículo referente a la
Historia de la introducción del verso alejandrino francés en el castellano, fue
publicado en la Revista “La Quincena”, que dirigía aquí el poeta salvadoreño
Vicente Acosta, cuñado de Arturo Ambrogi, amigo de Rubén Darío.
9. ENTRE
LAS OBRAS MAS FAMOSAS de
Rubén Darío, están: ABROJOS, 1887; AZUL, 1888; PROSAS PROFANAS, 1896; CANTOS DE
VIDA Y ESPERANZA, 1905; EL CANTO ERRANTE,
1907; CANTO A LA ARGENTINA, 1910; POEMA DEL OTOÑO Y OTROS POEMAS, 1910; también
LOS RAROS, 1896; PEREGRINACIONES 1901; y LA CARAVANA PASA, 1902.
10. HABLAR
DE POESÍA DARIANA y
no gozar de su música interna es un sacrilegio. Lea en voz alta: “Era un aire suave,
de pausados giros; / el hada Harmonía ritmaba sus vuelos/, e iban frases vanas
y tenues suspiros/ entre los sollozos de los violoncelos.” (Prosas Profanas)
11. DE
CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA: “Yo
soy aquél que ayer no más decía/ el verso azul y la canción profana/ en cuya
noche un ruiseñor había/ que era alondra de luz por la mañana/. El dueño fui de
mi jardín de sueño/ dueño de rosas y de cisnes vagos/…
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