1.
La
doctrina de Marx suscita en todo el mundo civilizado la mayor hostilidad y el
odio de toda la ciencia burguesa (tanto la oficial como la liberal), que ve en
el marxismo algo así como una «secta perniciosa». Y no puede esperarse otra
actitud, pues en una sociedad que tiene como base la lucha de clases no puede
existir una ciencia social «imparcial». De uno u otro modo, toda la ciencia
oficial y liberal defiende la esclavitud asalariada, mientras que el marxismo
ha declarado una guerra implacable a esa esclavitud. Esperar que la ciencia sea
imparcial en una sociedad de esclavitud asalariada, sería la misma absurda
ingenuidad que esperar imparcialidad por parte de los fabricantes en lo que se
refiere al problema de si deben aumentarse los salarios de los obreros
disminuyendo los beneficios del capital.
2.
Pero hay
más. La historia de la filosofía y la historia de la ciencia social muestran
con diáfana claridad que en el marxismo nada hay que se parezca al
«sectarismo», en el sentido de que sea una doctrina fanática, petrificada,
surgida al margen de la vía principal que ha seguido el desarrollo de la
civilización mundial. Por el contrario, lo genial en Marx es, precisamente, que
dio respuesta a los problemas que el pensamiento de avanzada de la humanidad
había planteado ya. Su doctrina surgió como la continuación directa e inmediata
de las doctrinas de los más grandes representantes de la filosofía, la economía
política y el socialismo.
La
doctrina de Marx es omnipotente porque es verdadera. Es completa y armónica, y
brinda a los hombres una concepción integral del mundo, intransigente con toda
superstición, con toda reacción y con toda defensa de la opresión burguesa. El
marxismo es el heredero legítimo de lo mejor que la humanidad creó en el siglo
XIX: la filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo
francés.
Nos
detendremos brevemente en estas tres fuentes del marxismo, que constituyen, a
la vez, sus partes integrantes.
3.
-I-
La
filosofía del marxismo es el materialismo. A lo largo de toda la historia
moderna de Europa, y en especial en Francia a fines del siglo XVIII, donde se
desarrolló la batalla decisiva contra toda la escoria medieval, contra el
feudalismo en las instituciones y en las ideas, el materialismo se mostró como
la única filosofía consecuente, fiel a todo lo que enseñan las ciencias
naturales, hostil a la superstición, a la mojigata hipocresía, etc. Por eso,
los enemigos de la democracia empeñaron todos sus esfuerzos para tratar de
«refutar», minar, difamar el materialismo y salieron en defensa de las diversas
formas del idealismo filosófico, que se reduce siempre, de una u otra forma, a
la defensa o al apoyo de la religión.
4.
Marx y
Engels defendieron del modo más enérgico el materialismo filosófico y
explicaron reiteradas veces el profundo error que significaba toda desviación
de esa base. En las obras de Engels Ludwig Feuerbach y Anti-Dühring, que — al
igual que el Manifiesto Comunista — son los libros de cabecera de todo obrero
con conciencia de clase, es donde aparecen expuestas con mayor claridad y
detalle sus opiniones.
Pero Marx
no se detuvo en el materialismo del siglo XVIII, sino que desarrolló la
filosofía llevándola a un nivel superior. La enriqueció con los logros de la
filosofía clásica alemana, en especial con el sistema de Hegel, el que, a su
vez, había conducido al materialismo de Feuerbach. El principal de estos logros
es la dialéctica, es decir, la doctrina del desarrollo en su forma más
completa, profunda y libre de unilateralidad, la doctrina acerca de lo relativo
del conocimiento humano, que nos da un reflejo de la materia en perpetuo
desarrollo. Los novísimos descubrimientos de las ciencias naturales — el radio,
los electrones, la trasformación de los elementos — son una admirable
confirmación del materialismo dialéctico de Marx, quiéranlo o no las doctrinas
de los filósofos burgueses, y sus «nuevos» retornos al viejo y decadente
idealismo.
5.
Marx
profundizó y desarrolló totalmente el materialismo filosófico, e hizo extensivo
el conocimiento de la naturaleza al conocimiento de la sociedad humana. El
materialismo histórico de Marx es una enorme conquista del pensamiento
científico. Al caos y la arbitrariedad que imperan hasta entonces en los puntos
de vista sobre historia y política, sucedió una teoría científica
asombrosamente completa y armónica, que muestra cómo, en virtud del desarrollo
de las fuerzas productivas, de un sistema de vida social surge otro más
elevado; cómo del feudalismo, por ejemplo, nace el capitalismo.
Así como
el conocimiento del hombre refleja la naturaleza (es decir, la materia en
desarrollo), que existe independientemente de él, así el conocimiento social
del hombre (es decir, las diversas concepciones y doctrinas filosóficas,
religiosas, políticas, etc.), refleja el régimen económico de la sociedad. Las
instituciones políticas son la superestructura que se alza sobre la base económica.
Así vemos, por ejemplo, que las diversas formas políticas de los Estados
europeos modernos sirven para reforzar la dominación de la burguesía sobre el
proletariado.
6.
La
filosofía de Marx es un materialismo filosófico acabado, que ha proporcionado a
la humanidad, y sobre todo a la clase obrera, la poderosa arma del conocimiento.
(Por
razones de espacio publicamos cada una de las tres partes y las tres fuentes
integrantes del Marxismo por separado pero en secuencia, al final de la tercera
publicación estimado lector o lectora usted tendrá el trabajo que Lenin publicó
hace cien años completo y que está considerado en la literatura marxista como
una verdadera joya de síntesis científica).
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mi página web. www.tirsocanales.com
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