(A LA MEMORIA DE LOS DIRIGENTES
SINDICALES, Compañeros, Saúl Santiago Contreras, Oscar Gilberto Martínez
Carranza y miles más de mártires de la lucha del pueblo salvadoreño, al
cumplirse 49 años de haber sido asesinados por los militares el 1 de marzo de
1968, mientras apoyaban solidariamente la Primera Huelga de Maestros de ANDES
21 de Junio que duró 58 días.)
En la jornada estresante que
habíamos padecido durante aquel primero de marzo de 1968, cuando estuvimos
trabajando todo el día con Schafik, confrontando nuestro espíritu de lucha
antidictatorial contra el régimen oligárquico-militar, arribamos al primer
oscurecimiento vespertino, en el mismo lugar cercano a la Facultad de Ciencias
Económicas de la UES, por la Librería Universitaria, donde iniciamos el trabajo
aquel triste día, lleno de dolor y muchas furias. De la mesa en que habíamos
trabajado, estábamos recogiendo varias fotografías y papeles que ocupamos para
ilustrar el Periódico del Pueblo que los “canillitas”, gritaron a pulmón
batiente por calles, mercados y callejones de los barrios populares de la Capital,
San Salvador. Lástima que los jóvenes de hoy no hayan visto aquellos escenarios
donde el pueblo luchó como verdadero campeón para enfrentarse al monstruo
militarista de la dictadura. Ante nuestros ojos ahora teníamos un panorama
distinto al soleado, caluroso y largo día. La nocturnidad se acercaba con sus
trapos grises abufandados en el cuello. Me quede con tres miembros de la Junta
Directiva del Sindicato de Trabajadores Universitarios, STUS…
Ya había oscurecido en aquel ámbito
universitario cuando entraron en un camioncito de la UES, dos compañeros. Me
llamó la atención que llevaran el camioncito colmado de zacate recién cortado.
Eran los Compañeros, Guillermo de León, que trabajaba en mantenimiento de la
UES, y Renán Rodas Lazo, que era Camarada abogado, Asesor Jurídico del STUS,
ambos eran miembros del PC. Me dijeron que bajo aquel zacate del camioncito
traían los restos del cadáver del Compañero Oscar Gilberto Martínez Carranza,
que habían ido a rescatar con otros Compañeros a un sector rocoso de la playa,
cerca del Zunsal, en el Depto. de la Libertad. Después de intercambiar algunas
informaciones, dije a los compañeros que lo más indicado en aquel momento era
que llevaran los restos de Oscar
Gilberto Martínez Carranza a la rotonda o Escuela de Medicina, frente al
Hospital Rosales. Que allá buscaran al Compañero Miguel Sáenz Varela,
estudiante de medicina que estaba de turno y que era miembro del PC. Él con
otros de sus compañeros estudiantes, tratarían de darle forma humana con
papeles, zacate y telas, a los restos que habían rescatado del acantilado donde
la Guardia y la Policía Política, habían lanzado el cuerpo del dirigente de la
Federación Unitaria Sindical Salvadoreña, FUSS, después de haber sido asesinado
a base de torturas, por el fatídico equipo
del “Chele Medrano”, conocido General que ostentaba el mando de la CIA
en la Guardia Nacional, y que lo traspasó después a Roberto D´Aubuisson.
- OSCAR GILBERTO
MARTINEZ CARRANZA: Hubo
entre los obreros quien dijera “él es el dirigente” Lo señaló un traidor, esclavo
de alma negra. A Oscar Gilberto se lo tragó un estruendo de botas y fusiles. En
la Guardia ocho asesores más lo torturaron: Que un complot subversivo con su huelga
planeaban los maestros ¿Quien dirigía aquello? ¿Dónde viven los otros directivos?
¿Por qué brindan apoyo al magisterio? ¿Cuánto pagaron a tu sindicato?. “Sos de
la construcción, no profesor” ¿Quién te dio esta camisa?.
-
Desde un carro con placas nacionales los guardias tiraron el cuerpo de Oscar
Gilberto Martínez Carranza, atado, a un abismo marino. por muchas horas hubo que pelear duro con el mar. Salvar las
escarpadas, cuidar la cuerda centímetro a centímetro sobre el acantilado, para
que no se rompiera y poder “pescar” los restos del cadáver que las olas batían
entre roca y roca. Los estudiantes de medicina tuvieron que coser mucho para
añadir los huesos y organizarle cara. Con
manojos de diarios les costó darle forma al cadáver. Oscar Gilberto Martínez
dio mucha vida a los suyos. Reivindicó
la vida, el derecho a la vida, ¡el pan para la vida!. Hubo que coser
muchos pedazos de su cuerpo, que año tras año junto a muchos millones de
obreros del país aparecía en cifras de percápitas netos, de percápitas brutos.
Y un día de la historia de 1968 de este país, costó enorme trabajo darle una
forma humana!
Los que ahora
disfrutan del fácil “buen vivir”, deben saber que el pueblo salvadoreño,
obreros, campesinos, mujeres, jóvenes y viejos han vertido ríos de sangre
luchando durante toda la historia contra los terratenientes, la burguesía
banquera y millares y millares de patronos explotadores del trabajo ajeno, y sus
instrumentos de muerte los militares. Por ello no es justo que se den la “dulce
vida” en el gobierno neoliberal mientras el pueblo apenas alcanza a pagar la
comida y el agua para sobrevivir.
Oscar
Gilberto Martínez Carranza, fue capturado en Zacamil, San Salvador, cuando
brindaba solidaridad juntamente con centenares de obreros de la construcción a
la huelga de maestros. Sólo una parte de sus restos se logró sacar del peñasco
marino donde lo tiraron, luego de torturarlo en la Guardia Nacional, el primero
de marzo de 1968.
SINOPSIS: El pueblo salvadoreño no
ha parado de luchar desde 1821, contra la opresión terrateniente-militar. Peleó
una guerra impuesta desde 1981 a 1992, que terminó formalmente con la firma de
los Acuerdos de Paz. Un grupo en nombre de la izquierda, se apoderó de todo el
capital histórico-político popular, en provecho de un reducido número de
individuos evidentemente incapaces, ya que, en vez de continuar luchando por la
liberación, único objetivo en 200 años de tantas luchas del pueblo, se sumó al
neoliberalismo proimperialista, sin realizar hasta hoy 2017, ningún cambio
económico-estructural en la sociedad salvadoreña.
Baje
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