lunes, 6 de enero de 2020

DEL ROMANTICISMO DE SIMÓN BOLÍVAR, A LA DOCTRINA BOLIVARIANA DE HUGO CHÁVEZ.


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¿Qué sabe usted del Romanticismo Esencial del Libertador Simón Bolívar? Temo que muy poco o nada.
La ilustración es la corriente del pensamiento europeo que duro más de 100 años; jugó un papel importante esclareciendo y profundizando la cultura de las sociedades. Transcurrió desde Londres con la filosofía de la naturaleza a través del primer grupo ilustrado, Lokce, Hume y Newton, concluyó en Rusia con Radíshchev y Lomonósov, pasando por la brillante cumbre de la ilustración francesa que creó a los enciclopedistas Diderot, Montesquieu, D´Lambert y otros geniales pensadores que dieron vida a la Enciclopedia, y que fue un hito en el desarrollo de los medios editoriales de aquel continente. Allá concluyó el desarrollo del pensamiento de la ilustración y continuó con el comienzo en América del movimiento universal del romanticismo. A LA POSTRE SIMÓN BOLÍVAR SERÍA EL MÁS SOBRESALIENTE POLÍTICO Y GUERRERO DEL NACIENTE ROMÁNTICISMO LATINOAMERICÁNO. SIMÓN BOLIVAR FUÉ EMANCIPADOR DE NUMEROSOS PAÍSES Y DENOMINADOR DE LA GRAN COLOMBIA, A PARTIR DEL CONGRESO DE ANGOSTURA HACE 200 AÑOS (1819). EL LIBERTADOR POR PRIMERA VEZ PLANTEÓ LA UNIÓN E INTEGRACIÓN DE LOS PUEBLOS DE NUESTRO CONTINENTE.
Como puede notarse la ilustración jugó en Europa un papel distinto del que jugó en América Latina a través del más grande independentista latinoamericano desde principios del siglo XIX. La tarea político-social de Simón Bolívar, fue de gran acción histórico-política, divulgando la conciencia liberadora por la emancipación económica de los pueblos de este continente. Él, educaba con acciones políticas y sostenía que, todos los hombres y mujeres nacen iguales, y que ninguna nación podía llamarse libre si mantenía sometida a otras naciones.
Simón Bolívar se propuso jugar un papel transcendental en el proceso de independencia y liberación de los pueblos, y deseaba hacerlo a partir de sus propias concepciones políticas e ideológicas, “Sin darle descanso a su brazo ni reposo a su alma hasta expulsar al colonialismo español de nuestro continente”. Tenía gran confianza en su preparación y lineamientos con que aspiraba a materializar en la práctica sus objetivos políticos. Era el Pensador que nunca dejó de tener confianza en sus propias fuerzas y en las acciones de viva historia de los pueblos a los cuales consideraba como una familia enorme y hasta interminable. Lo decía con estas palabras: “Nuestra familia se ha mostrado digna de pertenecernos, y su sangre se ha vengado por uno de sus miembros. Yo he tenido esta fortuna. Yo he recogido el fruto de todos los servicios de todos mis compatriotas, parientes y amigos. Yo los he representado a presencia de los hombres y yo los representaré a presencia de la posteridad”. (Indalecio Liévano Aguirre, en su libro Bolívar, Edit. José Martí, 2010, La Habana).
Simón Bolívar se propuso construir una causa común entre los pueblos para eliminar a la influencia de la clase dominante de los grupos con poder específico. ¿Cuál era esa causa común? Los postulados de la revolución democrática a través de sus dos grandes principios “1- La igualdad política de todas las etnias de América, y 2- la total libertad de los esclavos”. Aquéllo cambiaría radicalmente los términos de dominio de las clases opresoras sobre grupos específicos y ponía en marcha un proceso de formación de las sociedades entre los pueblos de América. Establecería nuevas formas de organización, destinadas a determinar una unión superior a todos los intereses localistas que luchaban por fraccionar al hemisferio, como lo previo el Congreso de Angostura.
En primer lugar, digamos que “San Martin, tenía su concepción a través de una alianza entre las clases dominantes de los antiguos virreinatos y capitanías, cuyo fundamento continuaría en una especie de Régimen Monárquico, propuesto por él, y destinado a garantizar los privilegios de esas clases y a saludar con la coronación de príncipes españoles en América, el poder mundial del imperio hispánico”. Bolívar se negó a ello no por rivalidades, sino por hallarse comprometido en una empresa continental de lineamientos radicales. Bolívar aspiraba a “La unificación del hemisferio por medio de una alianza entre los pueblos que suponía el quebrantamiento de la tradicional primacía de las clases gobernantes de las antiguas colonias españolas”. (Indalecio Liévano Aguirre, en su libro Bolívar, pág. 340)
Los indígenas eran explotados por los españoles del Perú y sus aliados a través de las estructuras del imperio Inca que las utilizaban para ello, y Bolívar se propuso establecer la liberación institucionalizada de los pueblos indígenas, de tal manera que no existiera posibilidad de que volvieran a ser sometidos a la esclavitud. Para ello dictó un texto, y lo transcribimos:
“Los jornales de los trabajadores de minas y haciendas deberán satisfacerse según el precio que contrataren en dinero contante y sonante sin obligarles a recibir especies contra su voluntad y a precios que no sean los corrientes de plaza.
Se prohíbe a los prefectos, intendentes, gobernantes y jueces, a los prelados, curas y tenientes, dueños de minas y de obrajes que puedan emplear a los indígenas contra su voluntad en faenas, séptimas, mitas, pongueajes (trabajo gratuito obligatorio) y otras clases de servicios domésticos y usuales.
Nadie puede exigir un servicio personal sin que preceda un libre contrato del precio de su trabajo.
El cumplimiento de estos preceptos queda a cargo de los intendentes, gobernadores y diputados de minas, debiendo los párrocos solicitar la intervención de los funcionarios.
Cualquier falta u omisión en el cumplimiento de estas disposiciones produce acción popular y da lugar al respectivo juicio de residencia.” (Fin de cita)

Léalo en el Periódico Semanal El Independiente.


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