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Otro
de los grandes problemas que Simón Bolívar quiso dejar bien esclarecido en el
conjunto de sus principios doctrinarios fue el derecho de propiedad de la
tierra de los pueblos indígenas. Recordemos que el oro, la plata y el
apoderamiento de las tierras agrícolas donde trabajaban las comunidades
indígenas fueron de los principales atractivos para los españoles y para las clases
que les sucedieron en el dominio colonialista. Por ello Bolívar dictó los
decretos del 8 de abril de 1824, en Trujillo y del 5 de julio de 1825 en Cuzco.
En ellos ordenó: “Que los indios propietarios de los terrenos que poseen es
decir en donde trabajan y están asentados; y esto en pleno dominio para que
puedan venderlos o enajenarlos de cualquier modo. Las tierras de comunidad se
repartirán entre los indios que no gocen de tierras. El repartimiento se hará
tomando en cuenta el estado de cada porcionero, asignando más tierras a las
cabezas de familia, pero de tal manera que nadie quede sin su respectivo
terreno, cada indígena de cualquier sexo o edad debe recibir tierra en lugares pingües y
regados, y doble en regiones estériles. El decreto del Cuzco un año después que
debía seguir para el Bajo y el Alto Perú, tuvo por objeto evitar las
usurpaciones de los caciques y recaudadores fiscales contra la propiedad así
entregada a los indios; y tiene disposiciones objetivas para cumplir mejor con
aquel decreto. Advertido, por los malos resultados vistos, de la inconveniencia
de dejar en plena libertad a los indios para disponer de sus parcelas,
establece el Libertador la limitación defensiva a tan amplio derecho, que
habría acabado por dejarlos tan miserables como antes: los terrenos entregados
a los indígenas jamás podrán enajenarse en favor de manos muertas, o sea, a los
conventos y el clero”. (Ob. Cit. Pág. 345)
Recordemos
algunas cuestiones importantes para ubicar al Libertador Simón Bolívar en su
tiempo y pensamiento del que venía y hacia el que iba:
1-
Simón Bolívar nació en 1783, 6 años antes de que se produjera la Revolución
Francesa de 1789. Aquéllo significó para él haber asimilado la filosofía de la
ilustración europea y sus comportamientos, a través de las enseñanza de su
preceptor Simón Rodríguez, incluidas la pedagogía y didáctica, creadas por Juan
Jacobo Roseau, en su libro Emilio o de la Educación y otros.
2-
Me llama la atención que los especialistas en Simón Bolívar, no destaquen que
el Libertador fue el primer gran romántico de América Latina en el más profundo
sentido de la cultura. Subrayo también que el romanticismo fue tan profundo y
tan extenso, o más, que la misma ilustración europea a la que sucedió en el
desarrollo del pensamiento general. Prueba de ello es que aun hoy la América
Latina y gran parte de sus manifestaciones intelectuales tiene carácter
romántico en todo el mundo, que nació a la vida literaria de nuestros pueblos cuando
el Libertador iniciaba sus labores emancipadoras. Bolívar fue un adelantado
puesto que hablaba del alma, y sentimientos profundos de los pueblos indígenas
y de todos los que existían en América Latina, y empeñó sus fuerzas y talento
para independizarlos y emanciparlos. Nadie mejor que el Comandante Hugo Chávez
pudo ser 200 años después, reflejo fresco del pensamiento Romántico de Bolívar.
Recordemos que la ilustración se ocupó de esclarecer y profundizar el
pensamiento pero no se ocupó del alma de los pueblos y de sus tradiciones, ni
del espíritu de los intelectuales y sus aspiraciones como si, lo hizo con
profundidad el romanticismo y en eso se diferencian ambos procesos, o sea la
Ilustración y el Romanticismo. Recordemos también que la ilustración se
desempeñó por más de 100 años a través de dos grandes emprendimientos que
fueron el procedimiento científico de Francis Bacon, y el racionalismo
metodológico de René Descartes. En todo caso, la ilustración, siempre se
mantuvo en las mentalidades elitistas, en tanto que el romanticismo entró a la
cabeza por los sentidos y pasiones de los pueblos, fue masivo, de allí proviene
su vitalidad y asentimiento entre las diversas clases y grupos populares.
José
Martí, el Prócer cubano que fue un gran estudioso del pensamiento bolivariano,
entre muchos pensamientos visionarios que apreció en Simón Bolívar, relacionó
este: “Quien es hombre cabal de su tiempo, es un hombre de todos los tiempos”.
Con estas ideas manifiesto algunas de las cuestiones del pensamiento recogido
por la Doctrina de Simón Bolívar, aunque muchas veces no sistematizadas pero
pueden encontrarse de manera profunda y concreta en la carta de Jamaica del 6
de septiembre de 1815, y en muchos otros documentos.
El
libertador habló en el Congreso de Angostura de 1819, de la Gran Colombia, y
puso las bases para la integración de los pueblos del continente
latinoamericano, y que, el Comandante Hugo Chávez impulsó con los nuevos
contenidos de su tiempo a través del concepto latinoamericano y caribeño de la
CELAC, o sea La Patria Grande.
Léalo
en el Periódico Semanal El Independiente.
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