Cuando los gringos llegaron a poner al día la escuela militar
enseñaron que los militares eran los mejores hijos de la patria
Y con esa enseñanza metida ya entre ceja y ceja
Empezaron a matar a todo aquel que a juicio de ellos
Tuviera cara de ser mal hijo de la patria
Los astutos oligarcas aplaudieron la idea
y como se trataba “de los mejores hijos de la patria”
no pedirían nada:
bastaría con ponerlos donde hubiera que agarrar
y rodearlos con todas las mañas y vicios de este mundo
Así agrandaron sus fincas y vieron que daba resultado
Separaron a los militares del resto del pueblo en una casta
a fin de que vieran en el pueblo a un terrible enemigo de la patria
Desde entonces la patria ha sido para los militares
la riqueza que los terratenientes amasaron con sangre
y el prostíbulo gastado por el tedio de sus vidas ociosas
y la pared manchada por el crimen y el mercado negro
que viste al traficante de autoridad impune
y la bodega inmensa de las floridas tetas
Patria para los militares es la plata de fáciles colores nacionales
Es la hermana gemela
de la democracia que sólo tragan oligarcas y yanquis
Aquellos treintamil salvadoreños que asesinaron en el treintidós
fueron sólo el principio en muchos años
de “gobierno democrático” de estos mejores hijos de la patria
Su principal tarea ha sido tirar balas
año tras año
y humillar al hambriento y torturar mujeres
sembrar la tierra con cementerios clandestinos
masacrar a mansalva heroicos sentimientos
servirle de muro a la injusticia y hacer llorar a madres
que buscan a sus hijos secuestrados
Para los verdugos del pueblo
Nada tiene la vida que no quepa en sus manos anegadas de sangre
y fuera de esa práctica de tortura y de muerte
la democracia empieza en su pistola y la patria termina en su pistola
El Salvador
Tirso Canales
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