(Tercero
de diez)
Este Continente y sus Islas
empezó a ser denominado ““América”” a partir de 1507. La iniciativa fue del
cartógrafo alemán, Martin Waldseemüller (1470-19/3/1520) quien conoció las
relaciones y descripciones de este Continente, elaboradas por el geógrafo y
navegante florentino, Américo Vespucio (1454-1512). Este lo recorrió cuatro
veces, y afirmó por primera vez que se trataba de un mundo completamente nuevo,
de ahí la denominación de “Nuevo Mundo” asignada a estas tierras.
Sin embargo, ni Cristóbal
Colón ni los españoles que llegaron en 1492, ni Américo Vespucio, fueron sus
descubridores.
Otras fuentes históricas
refieren que en el año 986, Erik el Rojo navegante noruego realizó "el
primer descubrimiento" de “América”. Posteriormente, en los comienzos del
siglo XI, los hijos de Erik, Thorstein y Leif, y el yerno de Erik, Thorfin
Karlsefni, llegaron a las costas americanas, penetraron la Bahía de Baffin,
denominaron Helluland a la Península de Labrador y costearon Vinlandia y
Karlandia (Probablemente la actual Nueva Jersey). Los tres exploradores
tuvieron que luchar con los skraelingar, posteriormente identificados como los
esquimales y algonquinos. Este descubrimiento no tuvo más repercusión que la de
ser referido en las sagas o relatos de los vikingos, de modo que en los años de
los grandes viajes estaba ya casi olvidado". (Enciclopedia, Metódica
Larousse Tomo II).
Por otra parte, la isla de
Terra Nova en el norte de “América” ya en 1436 era llamada por los portugueses
Terra dos Bacallaos, y aparece en el Atlas de Bianco de esa fecha, con el
nombre de Scorafixa o Stocafixa, o sea más de 50 años antes de la llegada de
Cristóbal Colón y los españoles a “América”.
El descubrimiento
indiscutible de este Continente tuvo lugar hace más de 25,000 años, durante el
paleolítico superior, cuando el hombre en su gran ecumene se extendió por todo
el Globo Terrestre, en su maravillosa aventura de explorar su morada donde la
naturaleza lo creó a la vida y donde evolucionó en el devenir de los milenios.
Nuestros antepasados más
remotos fueron grupos étnicos de origen mongoloide provenientes del norte de
Asia, por cierto el grupo humano mayor. Viajaron a través del ahora Estrecho de
Bhering, que en aquel tiempo formaba un istmo. Así lo han establecido las
ciencias geológicas y otras, basándose en teorías comprobadas, de que las masas
terrestres del norte del actual territorio de “América”, y las del norte de
Asia, hace 25/30 mil años estuvieron unidas. Posteriores desplazamientos de
ambas masas continentales, formaron el Estrecho de Bhering que separó Asia de “América”
en la parte septentrional, y reúne al Océano Pacífico con el Glacial Ártico.
Esta vía marina fue descubierta por el navegante danés Vitus Bhering en 1728,
estando al servicio del Zar del Imperio Ruso.
Los científicos estudiosos
del origen del hombre americano, han establecido que las más notables
inmigraciones hacia este continente, provinieron del norte de Asia y
recorrieron el actual territorio canadiense, unas; otras siguieron viajando por
las costas del Pacífico de “América” del Norte, y prosiguiendo hacia el sur se
desplazaron por el actual territorio de México, extendiéndose por el Istmo de
“América” Central. Existen investigaciones que sin negar las anteriores,
afirman que inmigraciones de Polinesia y Melanesia provenientes de Oceanía, apoyándose
en cadenas de islas, llegaron a las costas de la actual Baja California, en
México y que también algunas de estas inmigraciones llegaron al Perú hace más
de 12 mil años.
En su recorrido dejaron
importantes asentamientos sociales en territorios que hoy son Colombia,
Venezuela, Perú, Brasil y Argentina, extremo de Sudamérica.
Otras teorías sostienen que
inmigraciones de igual origen mongoloide arribaron a territorios del Perú de
hoy, y serían los pobladores más remotos del que fue el Imperio Inca y otros.
En estas fuentes posibles
del origen del hombre americano, se basan investigadores para explicar aspectos
etnológicos y culturales de los pueblos Inca, Azteca, Maya y otros; esto es en
el campo de la antropología comparada que se ocupa de estudiar propiedades de
cada región y pueblos.
En lo referente al origen y
cultura del hombre de la Región Mesoamericana (México-Centro América), el
destacado Arqueólogo, Alberto Ruiz Lhuillier, en su trabajo La Civilización de los antiguos Mayas,
escribe:
"Como conclusión sobre
este problema del origen de la cultura mesoamericana, pensamos que ésta debe
considerarse como autónoma. Los primeros pobladores mongoloides que penetraron
por el estrecho de Bhering hace 25,000 ó 30,000 años, eran de cultura del
paleolítico superior) sólo pudieron traer a “América” elementos como:
artefactos de piedra tallada, hueso y madera: arpón, propulsor de dardo,
métodos para hacer fuego, domesticación del perro. Más tarde, pero
probablemente en una fase todavía pre-agrícola, otros inmigrantes trajeron el
arco y la flecha y algunos otros conocimientos. Las influencias procedentes de
Melanesia y Polinesia deben haber sido sólo accidentales y de escasa
trascendencia". (Citado por David Luna Desola. Obra Antológica,
Antropología Centroamericana, EDUCA 1977).
Para realizar esos
recorridos en suelo continental, nuestros antepasados duraron millares de años.
En el desenvolvimiento de su vida social se iban multiplicando, sembrando
étnias y pueblos de su descendencia.
Estas tesis han sido
bastante divulgadas en los últimos 50 años, por las Ciencias Antropológicas,
Antropogénicas, Arqueológicas, Etnológicas y otras colaterales con las que
obligadamente deben relacionarse. Las teorías mejor reputadas acerca del origen
de los pueblos descubridores y pobladores de este Continente y sus Islas, en
sucesivas y abundantes investigaciones, han confirmado el contenido científico
con que fueron concebidas, formuladas y expuestas. Junto con la abundante
literatura científica de las últimas décadas, ha circulado asimismo, mucho
escrito seudo-científico con "teorías" tan “peregrinas” como la de
los "extraterrestres"; a quienes les atribuyen la construcción de
obras como las de Machu Pichu, negando de este modo la capacidad de nuestros
pueblos del pasado a construir grandes civilizaciones; lo mismo se dice de
Nazca y de la estatuaria de la isla de Pascua. Sin embargo, la agricultura
maya, las monumentales pirámides de Teotihuacán, los Calendarios Azteca, Maya y
la ciudad Tenochtitlán, que dejó boquiabiertas a los españoles, y tantas obras
culturales más, son fruto de la creación brillante de nuestros antepasados de
quienes nos enorgullecemos. Este año 1992 en que se habla mucho de la llegada
de Cristóbal Colón y los españoles a este Continente, la prensa superficial, culturalmente
hablando, pero “muy profunda comercialmente”, ha publicado innumerables
barbaridades, y reafirmado su conocida línea de sometimiento al pensamiento
colonialista. La idea está muy clara: mantener a estos pueblos en el secular
nivel de embrutecimiento e ignorancia del pasado histórico.
Para concluir decimos:
Hablar de "descubrimiento" de nuestro Continente y sus Islas, por los
españoles que llegaron con Cristóbal Colón a estas tierras en 1492, no sólo es
una afirmación históricamente falsa, sino una tergiversación de la verdad con
fines colonialistas, y además, incultamente ridícula.
Visite mi
página web: tirsocanales.org
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