martes, 14 de septiembre de 2021

EL PODER ECONÓMICO DOMINANTE LLAMA “INDEPENDENCIA PATRIA” A LOS 200 AÑOS DE JUSTICIA FUSILADA. ------ ORIGEN HISTÓRICO-POLITICO DE LOS 200 AÑOS DE LA LLAMADA INDEPENDENCIA SALVADOREÑA

(Para ser impartidos a escolares y adolescentes por sus profesores)

 Antes de que las naciones centroamericanas se organizaran políticamente en forma de repúblicas, habían vivido más de 300 años bajo dominio del colonialismo español directo, el cual fue socavado el 15 de Septiembre de 1821. Esta etapa de lucha la inicia dos décadas atrás el pueblo salvadoreño, y adquiere momentos relevantes en los años 1811 y 1814.

En El Salvador, concretamente, el proceso independentista que culminó con la consecución de los objetivos políticos expresados, transcurrió en dos contradicciones básicas de orden económico, social y político, mismas que se desprendían del carácter estamentario en que estaba organizada la sociedad colonial centroamericana, en sus postrimerías.

Para la sociedad salvadoreña, frente a las tareas tendientes a lograr con la independencia, se planteaba la primera contradicción general ENTRE LA NACIÓN OPRIMIDA Y EL PODER POLÍTICO OPRESOR MINORISTA.

Al mismo tiempo, se daba otra contradicción general de CARÁCTER MENOS POLÍTICO INMEDIATO, PERO DE MÁS AMPLITUD ECONÓMICA Y SOCIAL. Las peculiaridades de esta última surgían: 1) de la posesión de la propiedad y el dominio económico-político interno; 2) del orden social discriminatorio que había entre los estamentos en que estaba organizada aquella sociedad colonial-feudal, en tránsito hacia el capitalismo.

Los estamentos privilegiados por su acaparamiento de riqueza y su relación muy estrecha con el poder dominante eran, entré los más notorios, los siguientes: a) españoles peninsulares, b) "españoles americanos" o criollos, c) nobles, d) altos funcionarios políticos, e) burócratas y militares de la corona española, f) dignatarios eclesiásticos de jerarquías superiores y medias, g) grandes comerciantes, h) encomenderos, i) terratenientes, j) casatenientes, etc.

Los grupos citados, en  la práctica económico-política constituían “la clase social” en general en que se apoyaba el poder foráneo. Todos, en conjunto, detentaban la autoridad y ejercían el poder económico y político.

Por otro lado, estaban la sociedad civil: a) los mestizos o ladinos, b) mulatos, c) indios, d) artesanos, e) pequeños propietarios y desheredados; es decir, el pueblo trabajador de las ciudades y el campo. ESTOS CONSTITUÍAN LA MAYORÍA NACIONAL.

En la literatura sociológica que se refiere a los tiempos coloniales y post-coloniales se habla también de clases altas, medias y bajas. De acuerdo a la concentración y centralización de la riqueza y del poder político. En 1821, las clases estaban suficientemente simplificadas para distinguir a los ricos y opresores del pueblo, y a los pobres oprimidos. La clarificación de clases de la sociedad capitalista (moderna en aquel tiempo), se vio fortalecida con rapidez al romperse las ataduras colonialistas. Esta tesis se comprueba con el comportamiento de los criollos (burguesía naciente) con relación al pueblo.

En el plano interno, la segunda contradicción se exterioriza así: el pueblo aparece situado entre la presión del poder colonial y la influencia de los ricos criollos, que veían en las manifestaciones políticas populares peligro para sus propósitos, cuando se lograra la independencia.

De manera distinta, LOS RICOS CRIOLLOS ERAN SOMETIDOS POR LOS INTERESES PRO-MONÁRQUICOS, a la vez que temían al clamor del pueblo que era, históricamente la real y verdadera fuerza motriz para la conquista de la independencia. En ese engranaje se nuclearon los grupos que encabezaron a los sectores que jugaban el papel de conductores.

Tanto criollos como mestizos procuraban la emancipación de la nación, pero sus métodos de lucha y sus planteamientos tácticos se excluían mutuamente en los puntos políticos de gran importancia. Los criollos actuaban sobre las formas legalistas y parlamentarias, en cambio el pueblo evidenciaba sus concepciones radicales amplias.

Es necesario darse cuenta de cuáles eran las posturas estratégicas generales y políticas inmediatas de los sectores guías mencionados que, por su significación, representaban también a grupos menores afines a una o a otra posición ideológica. Esto se entiende mejor, analizando directamente el contenido de las "plataformas reivindicativas" de los criollos y los mestizos. Los criollos tenían mayor desarrollo político sobre los mestizos, y debido a su influencia económico-social pudieron ocupar un lugar más destacado en la dirección de los sucesos. Tal se refleja en sus demandas:

Demandas políticas.

A- Dirigidas contra la Metrópoli:

1a.) Reclamación de un régimen monárquico constitucional que liquidara el absolutismo;

2a.) Sistema democrático de gobierno con participación igualitaria de criollos y peninsulares;

3a.) Supresión de todos los privilegios e instauración de los derechos liberales;

4a.) Reforma del régimen judicial; supresión de los derechos judiciales, participación de los criollos en el ejercicio de la judicatura y liberación del proceso.

B- Reformas dirigidas principalmente contra las autoridades de Guatemala:

1a.) Autonomismo provincial;

2a.) Descentralización política y administrativa;

3a.) Eliminación de los nobletes como sector políticamente dominante;

4a.) Elección de un obispado propio, así como de centros regionales de cultura y asistencia social.

Demandas económicas

1a.) Libertad de comercio e industria;

2a.) Supresión de estancos y monopolios;

3a.) Reforma tributaria; eliminación de numerosos impuestos, cargas y gabelas coloniales y orientación de la hacienda pública hacia el establecimiento de la contribución única;

4a.) Impulso al desarrollo industrial, especialmente de aquellas industrias que aprovechaban las materias primas que producía la provincia (las fabriles del hierro y cobre, la curtiembre, la de aprovechamiento del algodón, la de las tintas, etc.);

5a.) Abolición de los mayorazgos y de las amortizaciones eclesiásticas;

6a.) Abolición del diezmo;

7a.) Mejoramiento de las vías de comunicación;

8a.) Liberación de la mano de obra.

Las demandas planteadas por los mestizos o ladinos no tienen la elaboración en detalle que presentan las de los criollos, pero en cambio su carácter político de tipo radical se destaca. Así formulaban sus reivindicaciones:

1a.) Independencia absoluta de España;

2a.) Régimen republicano de gobierno;

3a.) Realización efectiva de los "principios esenciales de la sociedad": igualdad, seguridad, propiedad y libertad;

4a.) Libertad de comercio e industria tanto interna como externa;

5a.) Supresión de gabelas, tributos y demás impuestos onerosos;

6a.) Supresión de estancos y monopolios.

Nótense cuatro cuestiones sustanciales al comparar las plataformas de los criollos y los mestizos:

1a.) Todas las exigencias políticas de los criollos tendían al mantenimiento del status colonial, no obstante que éstos deseaban también la independencia y querían el poder político para su clase.

2a.) Todas las medidas económicas solicitadas buscaban la expedición, del camino para el fortalecimiento de la burguesía criolla.

3a.) El verdadero calor de la república era sustentado por los mestizos al exigir el régimen republicano de gobierno.

4a.) El planteamiento de los criollos es clasista-egoísta, en tanto el de los mestizos recoge de manera amplia el espíritu del tipo clásico de la nación al romperse el orden feudal, es decir, liberalismo original.

Como hemos dicho, fueron los criollos -gracias a su desarrollo político-intelectual y a sus influencias económicas, sociales, etc.- quienes lograron controlar la dirección de los sucesos. Esa actitud tenía precedentes claros. Algunos de los más destacados son los que tuvieron lugar durante el 4, 5 y 7 de Noviembre de 1811 (conocido como el Primer Grito de Independencia Centroamericana) y en el mes de julio de 1814.

La importancia de aquellos acontecimientos radica en que ya reflejan la acción del pueblo de San Salvador, desenvolviéndose políticamente contra el poder colonialista, mientras los criollos juegan el papel de aplacadores del descontento popular con miras a capitalizar el movimiento en favor de la naciente burguesía centroamericana.

En efecto, quienes hacían los planteamientos de carácter popular eran los mestizos, por medio de sus dirigentes. Exigían independencia absoluta de España, y le asignaban contenido prioritario. No obstante, las manifestaciones de rebeldía y patriotismo fueron en diversas oportunidades aplacadas por los criollos (añileros, terratenientes, casatenientes, etc.) que así se convertían en "ángeles tutelares'' de los europeos.

Con la absolutización del rol jugado por los dirigentes (muchos de ellos denominados próceres) se ha dogmatizado sobre problemas que deben profundizarse para establecer la verdad. De ese modo se les atribuye el papel de "inteligencia" y fuerza motriz de la historia. Con tales interpretaciones, eI pueblo aparece relegado a segundo término, cosa que constituye un absurdo, ya que en todos los tiempos ha sido el pueblo el que ha hecho y hace la historia. Es innegable que los sucesos del 4, 5 y 7 de Noviembre de 1811, revistieron carácter eminentemente popular. A ese respecto es muy ilustrativa la actuación del Vicario de San Salvador en aquel tiempo, José Matías Delgado, que en manifiesto de carácter contra independentista leído por él ante el nuevo Intendente nombrado por la Capitanía General de Guatemala, el Vicario expresó su desaprobación: "Hombres atrevidos os han deslumbrado con falsas ideas de bienes aparentes y os condujeron al precipicio”. Y luego declara que "Llegó el momento (8 de diciembre de 1811) feliz de poderos anunciar el restablecimiento del orden."

Los movimientos que preludiaron a la independencia, estaban impregnados de un claro contenido anti-colonial. Tal es el caso de lo ocurrido en San Salvador y otras ciudades en 1814, uno de cuyos dirigentes fue el patriota Pedro Pablo Castillo, quien se esforzó por incorporar a las comunidades aledañas a la lucha, Aculhuaca ahora Ciudad Delgado, Soyapango, Candelaria y otras. En esa ocasión los mestizos no recibieron el apoyo de los criollos, y fue traicionado el pueblo por éstos, al boicotear sus acciones, refiriéndose a los aliados criollos que conocían el plan de acción, Pedro Pablo Castillo dijo: ''Todos tienen pretexto para dejarme solo". Al frustrarse aquel intento, los colonialistas se ensañaron contra el pueblo y sus dirigentes.

El Acta misma de Independencia de 1821 era vaga. "Hasta la cláusula décima el acta mantiene, en realidad, el status colonial; ningún cambio político fundamental se opería en las provincias centroamericanas; pero es entonces cuando la acción del pueblo de Guatemala (mestizos e indios) encabezados por criollos republicanos, como Francisco Barrundia, se deja sentir; el ominoso clamor del pueblo en "calles, plaza, patio, corredores y antesala del palacio de gobierno, llenó de pánico a los corazones timoratos; el pueblo clamó la independencia y exigió que el Jefe Político prestara "juramento de independencia y fidelidad al Gobierno Centroamericano que se estableciera." Ante la demanda popular el jefe político tuvo que someterse y prestó el juramento exigido en manos del alcalde primero de la ciudad de Guatemala (Cláusula 13a.). Se logra la independencia y aun cuando el redactor quiere eludirlo restándole importancia, el hecho queda en pie como testimonio de la voluntad popular''

De lo anterior se desprende claramente:

a) El papel decisivo del pueblo en la conquista de la independencia.

b) Las posiciones populares radicales sin ningún tipo de componendas.

c) Que entre los criollos también había grupos que luchaban sinceramente por la independencia, como objetivo nacional.

d) Que los criollos con posiciones de dirección política, sustentaban ideas conservadoras y tenían metas definidas: ocupar el poder político y malograr las aspiraciones del pueblo.

La literatura salvadoreña, y específicamente la poesía, no ha sido ajena al contenido del proceso histórico. Ahí están los testimonios vivos de lo que hemos afirmado, en las voces injustamente olvidadas de Miguel Álvarez Castro; del extraordinario Francisco Díaz, Ignacio Gómez, José Antonio Save, Isaac Ruiz Araujo, Miguel Plácido Peña, Calixto Velado, hasta llegar a Francisco Antonio Gavidia. Todos ellos -y quienes les sucedieron en la línea que iniciaron- son el precedente de nuestra voz. Su obra constituye parte de la herencia patriótica-ideológica que no debemos ignorar. Fue creada con dolor, desengaños, valentía, frustraciones y protestas.

(Citas del libro, Apreciación Sociológica de la Independencia Salvadoreña, Dr. Alejandro Dagoberto Marroquín, Instituto de Investigación Económica, Fac. De Ciencias Económicas, Universidad de El Salvador, 1964.)

 

 

PRÓCERES AUTÉNTICOS Y POPULARES DE LA INDEPENDENCIA DE EL SALVADOR.

 

Dr. Santiago José Celis, Prócer de la Independencia de El Salvador, y Primer Mártir Centroamericano de la Emancipación.

Nació en Ahuachapán, en 1782, en momentos en que esta localidad y su actual departamento, junto con el de Sonsonate, pertenecían al territorio de la Capitanía General de Guatemala y no a la Intendencia de San Salvador.

Involucrado en la empresa criolla de la independencia, tuvo participación notable en la gesta sansalvadoreña del 5 de noviembre de 1811. Pero su más grande aporte a la causa libertaria centroamericana lo brindó en el movimiento revolucionario del 24 de enero de 1814. Dos días más tarde de la fracasada intentona emancipadora, fue capturado y encerrado en el Cuartel del Destacamento del Fijo (Hoy Cuartel El Zapote), ubicado al sur de la ciudad de San Salvador.

Durante los meses siguientes, fue vigilado, incomunicado y sometido a crueles torturas, con el fin de que revelara detalles y nombres de otras personas implicadas en los movimientos independentistas. Debido a esas brutalidades, llegó a verse en peligro su estabilidad mental y física, pero su boca se mantuvo en el más absoluto silencio, fiel a sus principios patrióticos y libertarios.

En la noche del sábado 16 de abril de 1814, fue encontrado desvanecido contra los barrotes de hierro de su celda, colgado del cuello por las puntas de su pañuelo de seda o corbatín. Como resultado de esa acción le sobrevino un desmayo. Para intentar reanimarlo, en la madrugada del domingo 17 sus carceleros y un practicante de medicina le ocasionaron un sangramiento excesivo de la vena yugular que, pese a las suturas realizadas, le produjo la muerte al primer mártir centroamericano en la lucha contra el despotismo español.

Al mediodía del lunes 18 de abril de 1814, su cadáver fue trasladado a su residencia, acompañado de un piquete de soldados, pues las autoridades sospechaban que su muerte podía ser un truco escapatorio. Ese mismo día, unas pocas amistades y familiares acompañaron su cuerpo hasta una fosa abierta en la nave de la antigua iglesia y convento de Santo Domingo (hoy Catedral de San Salvador).

(Citado de la página web: https://web.archive.org/)

 

Pedro Pablo Castillo, Prócer Auténtico de la Independencia Salvadoreña, 1821.

Nació el 29 de julio de 1780, en el barrio de Candelaria, en la ciudad de San Salvador, capital de la Provincia e Intendencia de San Salvador en el Reino de Guatemala.

En 1805 contrajo nupcias con Francisca Aguilera Aquino -hija del reconocido ladino Anselmo Aguilera-, con quien procreó cuatro hijos. Residieron por algún tiempo en Cojutepeque y en el barrio capitalino de La Merced, donde el fogoso artesano se involucró de Ileno en el movimiento popular iniciado en San Salvador,  el 5 de noviembre de 1811, que lo Ilevó a exhortar al pueblo de Zacatecoluca y a dar muerte, en duelo sostenido en la Hacienda Miraflores, al jefe militar local, el coronel español José Gregorio Zaldaña. A solicitud de la familia de la víctima, no fue procesado por este delito.

Cohetero de oficio, sus conocimientos del manejo de la pólvora resultaban esenciales para el uso de armas de fuego y explosivos durante los movimientos insurreccionales dentro del Reino de Guatemala.

Electo alcalde segundo de San Salvador, junto con el alcalde primero Juan Manuel Rodríguez Delgado potenciaron un nuevo intento insurreccional el 24 de enero de 1814, en el que Castillo fue señalado por las autoridades españolas como el principal autor de aquella infame insurrección, a la cual también se opusieron el criollo Manuel José Arce y Fagoaga, sus familiares y adeptos.

En la tarde del 25 de enero de1814, la orden de arresto en su contra fue publicada por bando militar en las cuatro esquinas de la Plaza Mayor de San Salvador (ahora plaza Libertad) y fue despachada por cordillera hacia San Vicente, San Miguel,  Suchitoto, Chalatenango, Zacatecoluca, Usulután y Santa Ana.

Enterado de que las autoridades habían establecido una recompensa de 500 pesos por su captura, se trasladó por pocos días a “Polobombo”, una propiedad rural que poseía en la jurisdicción de Huizucar. Mientras tanto, su casa, muebles y demás bienes fueron destruidos o incautados por furiosas turbas pro españolas, las que también lanzaron a la calle a su esposa y a sus hijos.

Escudado tras el alias Everildo del Castillo, el independentista Castillo se marchó hasta Omoa, en la costa caribeña de Honduras, se trasladó luego a Belice y después  viajo a la isla de Jamaica, en donde adopto el seudónimo Juan Sánchez y murió el 14 de agosto de 1817. De forma esporádica, mantuvo correspondencia con su  familia salvadoreña y fue por esta vía que llego al país la noticia de su fallecimiento.  Sobre estos últimos hechos biográficos no se cuenta con mucha documentación  histórica verificable -salvo una carta dirigida por su hijo José León de Jesús Castillo al mandatario y General Gerardo Barrios Espinoza, fechada en San Salvador, el 22 de octubre de 1860-, pese a las gestiones realizadas en los últimas cincuenta años por el Ateneo de El Salvador y la Academia Salvadoreña de la Historia.

 

(Citado del Historiador Carlos Cañas Dinarte. Pág. Web issuu.com)

 

Mujeres Heroínas de la Independencia de El Salvador.

Las mujeres salvadoreñas siempre han tenido participación en los procesos sociales y políticos del país, sin embargo sus aportes han sido invisibilidades a favor del protagonismo masculino. Así tenemos entonces, que los principales gestores de la Independencia de El Salvador y Centroamérica, siempre aparecen siendo los hombres. Pero, en todos los procesos sociales y políticos, hombres y mujeres han participado desde los distintos espacios que se les asignaban. Así el papel de las mujeres en la Independencia ha sido como: mensajeras, defensoras, organizadoras, pero nunca como dirigentes.

Durante la época colonial las mujeres desarrollaban funciones y labores exclusivamente del hogar. Sus vidas se repartían entre la familia, la iglesia, el hospital y el campo de labranza, pues el aprendizaje de las letras y los números estaba reservado para los hombres y para aquellas que ingresaban a los conventos de monjas. Este era el panorama que vivían las mujeres en la primera década del siglo XIX, periodo en el cual dieron inicio los movimientos de independencia. A continuación se presenta la historia:

 

 

1.- Hermanas Miranda


María Feliciana de los Ángeles Miranda y su hermana Manuela Miranda, oriundas de Sensuntepeque, propagaron en esta misma campiña noticias independentistas. Esta zona se alzó en insurrección el 29 de diciembre de 1811, en el punto conocido como la Piedra Bruja. Por estos actos fueron capturadas por las autoridades españolas, y recluidas como castigo en un convento de la localidad de San Vicente de Austria y Lorenzana, como parte de la servidumbre del cura párroco del convento. Antes fueron condenadas a recibir cien latigazos en la plaza central de San Vicente.

María Feliciana de los Ángeles murió al recibir la septuagésima descarga del látigo (1812), (o sea que fue asesinada de 60 latigazos) Al momento de su muerte su edad rondaba los 22 años. María Feliciana de los Ángeles Miranda fue declarada Heroína de la Patria. Manuela sobrevivió y quedó al servicio del cura vicentino, y no se conoce la causa de su muerte, se supone que ha de ver sido de tristeza.

 

2.- María Felipa Aranzamendi y Manuela Antonia Arce

 

María Felipa Aranzamendi y Manuela Antonia Arce se destacaron por sus firmes y valientes defensas para lograr que dejaran en libertad a quienes encabezaban acciones heroicas independentistas.

La participación de ellas, y otras mujeres, fue fundamental dentro de esa gesta heroica que concluyó con la independencia de la Corona Española y por la cual ofrendaron sus vidas.

 

(Tomado de la pág. Web: es.slideshare.net, para la presente redacción)

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La próxima entrega será la cuarta y última de este documento.

Esperamos sus comentarios, siempre con el mismo entusiasmo que los hace.

El Salvador, 15 de septiembre de 2021

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