lunes, 20 de septiembre de 2021

EL PODER ECONÓMICO DOMINANTE LLAMA “INDEPENDENCIA PATRIA” A LOS 200 AÑOS DE JUSTICIA FUSILADA ----- ANTECEDENTE HISTORICO-LITERARIO DE CUYO PENSAMIENTO POLÍTICO SOCIAL SURGE LA POESÍA SALVADOREÑA

(Para ser impartidos a escolares de primaria, secundaria y universitaria por sus profesores)

Eso nos está indicando que la literatura salvadoreña surgió entre las luchas de ideas políticas, así:

La poesía salvadoreña data de principios del siglo XlX, concretamente del período en que tuvo lugar la independencia, y se identifica con una intensa actividad que pugna por romper el viejo status colonialista, para consolidar la república. La tendencia por crear las bases ideológico-culturales en las nuevas condiciones, se debatía entre dos corrientes políticas antagónicas. Los grupos conservadores eran la expresión promonárquica y clerical, aliados del colonialismo agonizante. En aquel tiempo el liberalismo reflejaba lo nuevo y, sólo de manera general, los intereses nacionales.

El romanticismo inicial latinoamericano, en cuyo marco surgen nuestras letras, asimiló las ideas de libertad -inspiradas en la revolución francesa de 1789. Y en las independencia de las colonias de Inglaterra en Norteamérica en 1776 pero de manera Latinoamericana en las acciones libertadoras de Simón Bolívar- contra el feudalismo y la opresión foránea.

Abrigaba dos concepciones que en determinado momento se fundieron, bifurcándose luego en rasgos específicos. Una, tendía a desarrollar y fortalecer las ideas de la nación (recogiendo el sentimiento popular), en tanto que la otra se volvía acomodaticia y regresiva.

Aquel romanticismo Latinoamericano en ciernes, tuvo importancia por cuanto generó una nueva visión del mundo, abriendo posibilidades en los grupos ilustrados que asumían la tarea de estructurar las bases de nuestra cultura. Al respecto el escritor e investigador Juan Felipe Toruño dice:

"¿Cuándo y cómo apareció el romanticismo poético en El Salvador? Hay atisbos desde Miguel Álvarez Castro. "En este sentido es notable el caso de este primer poeta salvadoreño (1) que encontramos en el transito del régimen colonial al republicano, quien vacía su pensamiento imprecativo y denunciador de arbitrariedades en composiciones de moldes neoclásicos usuales todavía en aquellos años y a las que imprime contenido patriótico resueltamente anticolonialista. Fue Miguel Álvarez Castro, según se desprende de sus poemas y de los pasajes que conocemos de su vida, un ardiente batallador por las ideas liberales. Estuvo envuelto en tormentosos momentos políticos y luchas armadas que se desataron en América Central a partir de los sucesos independentistas. Federalista (2), morazanista de pensamiento y corazón. Combatió al lado de Francisco Morazán (3). Juntos fueron al exilio en Sudamérica. La traición de aquella naciente burguesía formada sobre las viejas estructuras, creo desazón en las mayorías. Francisco Morazán, caudillo centroamericano del liberalismo en estos países, fue fusilado en Costa Rica el 15 de Septiembre de 1842, por motivos ideológico-políticos. A partir de aquel hecho los grupos conservadores del área se asentaron en el poder político de las cinco repúblicas. Y sin realizar transformaciones de importancia esencial en las estructuras económico-sociales, afianzaron el predominio.

 

(1) De Miguel Álvarez Castro se sabe que nació en un poblado del Departamento de San Miguel, 1795, en el Oriente de El Salvador. Nuestra hipótesis es que Álvarez Castro nació entre 1790 y 1795. La fecha de su muerte aún no se ha establecido, sólo se sabe que murió en una hacienda del mismo Departamento, posiblemente en 1856.

(2) Como federalista, Miguel Álvarez Castro sostenía la idea de que las cinco repúblicas centroamericanas debían organizarse en una federación de gobierno unificado y construir un solo Estado. En ese sentido fue un gran luchador para que sus ideas se materializaran en la práctica, pero fracasó.

(3) Francisco Morazán (1792-1842), con su especial carisma, atraía a los pueblos del istmo. Libró muchas batallas contra los grupos separatistas, encabezando el ejército aliado protector de la ley. El 5 de marzo de 1829, fue elegido por el Congreso de Honduras presidente de dicho Estado. El 16 de septiembre de 1830 toma posesión, en Guatemala, de la Presidencia de Centro América, cargo para el cual fue elegido a principios de junio del mismo año.

Muchos hombres progresistas sufrieron cárcel o exilio. Miguel Álvarez Castro, una de las víctimas de aquellas discusiones políticas, testimonia, como intelectual de avanzada, su participación activa en las luchas por las legítimas causas que defendía el morazanismo, y no sólo para la consecución de la independencia política formal de Centro América, sino para restaurar la libertad y liquidar los remanentes de la "odiosa nobleza", unida entonces con el partido servil de los conservadores.

Los primeros brotes del romanticismo latinoamericano que se daba en forma desigual en nuestros países, provocaron también fundamentaciones para la naciente literatura salvadoreña.

FORMAS QUE UTILIZABAN LOS ESCRITORES LATINOAMERICANOS DE AQUEL TIEMPO.

Debemos referirnos a la afirmación de que "los primeros poetas captaron la independencia en odas neoclásicas". Aseverar lo anterior así, de manera absoluta, constituye una ligereza. Distinto es que se valieran de cánones de expresión frecuentes en la península, y que eran habituales en Latinoamérica. Al respecto llamamos la atención acerca de lo que han estado afirmando algunos manuales de literatura hispanoamericana al hacer clasificaciones tajantes, dogmáticas incluso, que impiden interpretaciones flexibles para acercarse más a los orígenes de nuestra literatura. Sería más adecuado decir que aquel movimiento constituía una transición muy breve que servía de antesala al naciente romanticismo Latinoamericano. Acorde con este planteamiento compartimos todo cuanto de creador abriga la tesis que sostiene Pedro Henríquez Ureña (Escritor Dominicano):

"Andrés Bello había proclamado la independencia intelectual de América en 1823, los jóvenes, ahora, estimaban que el intento no se había cumplido sino en parte: los asuntos, en las obras de Bello, Olmedo, Heredia, eran de América, pero el estilo procedía del clasicismo académico de Europa. Ahora el romanticismo proponía a cada pueblo la creación de su propio estilo, con apoyo a sus tradiciones propias. A eso tendieron los escritores jóvenes, en el Río de la Plata y en los demás países de la América española: y si no lograron completar sus ideas fue porque los estilos no se crean fácilmente a voluntad; abandonaron las normas y los modelos clasicistas, pero en las formas que trataron de inventar discernían influencias de los románticos europeos. A veces, el sabor criollo de América, brotaba de su pluma cuando menos lo notaban.

Por lo que respecta a los temas sí puede decirse que emprendieron una exploración metódica de sus propias tierras: el paisaje, desde las cordilleras inaccesibles hasta las llanuras interminables; la tradición indígena, la tradición colonial, y entre ambas el choque de la conquista; las hazañas de la guerra de independencia y sus ideales de libertad y de progreso; las costumbres del campo y de la ciudad."

La literatura salvadoreña comenzaba a dar sus primeros pasos, y trataba de acopiar la vigencia de nuevos contenidos en condiciones que realmente existían llenas de posibilidades. Nuestros pueblos no tenían vida política propia; ya que surgían al nuevo status republicano. En esas circunstancias resultaba imposible que los escritores pudiesen canalizar una cultura tan elevada que creara formas originales de expresión. Se tenía que depender de otras literaturas. Tocante a esto, románticos de la primera generación (Walter Scott, Beethoven, Chateaubriand, Rousseau, etc.) influyen en el arte y literatura latinoamericanos: Por otra parte, en los años de la independencia son muy leídos, entre otros, los españoles Juan Meléndez Valdés, Nicasio Álvarez de Cienfuegos, Manuel José Quintana, Alberto Lista, Juan Bautista de Arriaza, Gaspar Melchor de Jovellanos, Félix María Samaniego, Juan Nicasio Gallego (autor de la famosa "Elegía al 2 de mayo"), etc.

Es ampliamente conocido que todos estos autores pertenecen al período llamado de "el siglo crítico y neoclásico" de España. Se expresaban a través del teatro, la fábula (en el caso de Samaniego) y otros menos divulgados, principalmente en poesía. Las formas poemáticas que más cultivaban eran la letrilla, el epigrama, himnos, odas, silvas, romances, elegías, octavas, sonetos y otros, mismos moldes utilizados por los autores latinoamericanos de la época. Por supuesto, los clásicos tanto grecoromanos como los españoles del Siglo de Oro y de otras literaturas eran conocidos por los círculos ilustrados. Ignacio Gómez, uno de los primeros poetas salvadoreños, escribe parte de su obra realizando traducciones de precursores del romanticismo. Imita a Gray y a otros, tratando de amoldarse a su expresión. Subrayamos que Gómez tradujo prerrománticos. Eso nos da pautas sobre la búsqueda en que estaban empeñados para la realización de su obra.

Planteamos que resulta impreciso absolutizar lo de ''neoclasicismo" en la literatura salvadoreña; es decir, identificando mecánicamente contenidos y formas sin reparar en que el contenido progresista, por su carácter dinámico, tiende a autonomizarse en determinadas circunstancias y adapta las formas a los propósitos que persigue, como idea en ascenso.

En conclusión, Miguel Álvarez Castro es el primer poeta salvadoreño, y es del tipo romántico inicial latinoamericano. Recoge en sus poemas aspectos de la realidad (de la vida nacional, de los sucesos, etc.) que constituyen elementos característicos que empiezan a configurar nuestra personalidad literaria en la naciente situación republicana. A decir de Román Mayorga Rivas (4), al realizar exhaustivas investigaciones con el objeto de compilar su obra Guirnalda Salvadoreña (5), no pudo encontrar en El Salvador otro poeta anterior a Miguel Álvarez Castro. Sus pesquisas resultaron infructuosas (6); sin embargo, es posible que investigaciones más acabadas puedan acopiar otros testimonios. Tomamos, pues, como válido el punto de vista de Román Mayorga Rivas, reafirmado por Francisco Gavidia, autoridad de la literatura salvadoreña. Pero, en todo caso, nuestro planteamiento continúa abierto, con carácter de hipótesis, para que otros investigadores lo comprueben.

(4) Román Mayorga Rivas, literato nicaragüense, recopiló en 1880-1890 poemas de salvadoreños. En ese entonces varios de ellos aún vivían y pudo recoger valiosos testimonios de los propios autores. La labor realizada por Mayorga Rivas es de gran valor para el estudio de la poesía salvadoreña.

(5) Guirnalda Salvadoreña, obra poética en tres volúmenes preparada por Román Mayorga Rivas. El primer tomo fue publicado en el año 1884, por la Imprenta Nacional del Dr. F. Sagrini. Calle de la Aurora No 9, San Salvador. 1884.

(6) Prólogo de Guirnalda Salvadoreña.

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