(RESUMEN HISTÓRICO. Primera de Cuatro Entregas)
I.- ¿QUÉ HISTÓRIA CONOCER PARA CAMBIAR A EL SALVADOR?
1- CON AMOR PATRIÓTICO A NUESTRO PUEBLO.
En nuestro territorio –denominado por los aborígenes de la región-, Quetzalcoatitán, luego Cuscatlán, y a la llegada de los invasores españoles, deformado con el nombre de El Salvador, vivía mucha gente que constituía la población original.
Los españoles que formaron el grupo invasor en el año 1524, por su comportamiento sanguinario y su actuación avorazada sobre la propiedad ajena, demostraron su condición de malhechores liberados de las cárceles de España. Venían dotados con vocación de ladrones irrefrenables, y se lanzaron como jauría contra la vida comunal de la población, o sea, de nuestros auténticos antepasados.
El que ahora es territorio salvadoreño fue paso de tránsito obligado de las migraciones del norte hacia el sur, y viceversa. Aquello significaba movimiento constante de mucha gente. “Según Diego García Palacios, en el siglo XVI se hablaban 8 lenguas distintas”, que utilizaban igual número de etnias o agrupaciones poblacionales bastante grandes. “Lo que implicó un fuerte proceso de mestizaje” (Lic. Gregorio Bello Suazo). Este autor, también cita al Demógrafo salvadoreño, Rodolfo Barón Castro, en los párrafos que reproducimos: “Para el año 1551 había un poco más de 50,000 indios y 400 españoles; en el año 1570 la población indígena se incrementó en un 33% y representaba el 59% de toda población sobre el 31% de población mestiza”. “En 1798 el 51% eran indígenas y el 48.4% mestizos. En el año 1807 hay un pequeño incremento de la población india llegando al 54.1% contra el 43% de mestizos. En esa época el idioma español se convirtió en lengua mayoritaria, en detrimento de las lenguas vernáculas”.
El movimiento poblacional de idas y venidas por esta tierra que a los ojos de los transeúntes parecía generosa, dejaba un saldo de gente aquí, que aumentaba la concentración de mano de obra barata lista para trabajar en las explotaciones añileras, desde el punto de vista económico. Desde la visión antropológica, enriquecía la diversidad de rostros, color de la piel, estatura y otros detalles físicos de la población salvadoreña.
2- EL PRIMER CULTIVO Y LAS FORMAS COLONIALISTAS DE EXPLOTACIÓN DE LOS TRABAJADORES.
El cultivo del añil por ser extensivo necesitó la presencia masiva de trabajadores. Otro detalle de significación particular para la economía local, es que desde su raíz inicial, propició la práctica de la mono-agro-exportación con fines de captar “el billete extranjero” a través del naciente comercio exterior durante el siglo XVI (1600). Nos damos cuenta con bastante sorpresa de que antes de la llamada Independencia de 1821, las exportaciones de añil ascendían a 332,000 libras de pasta azul en el año 1818. Basta con ver esa cantidad de libras producidas, para imaginarse que no era el pequeño grupo de terratenientes colonialistas quienes trabajaban en los yerbatales y en los obrajes, a pie sangrado, para producir aquel volumen de mercancía destinado al mercado exterior.
Con aquellas acciones, los grupos de la clase dominante del período colonialista español, temprano comenzaron a darle forma a una especie de coto de caza de fuerza de trabajo abundante y barata, de la población cautiva en este lugar, donde residía –como dejo dicho-, numerosa población de trabajo. Para retener la mano de obra cautiva, concentrada en las tierras que ahora ocupa El Salvador, los grupos de la clase colonialista utilizaron distintos medios contra la población indígena y mestiza.
De esto nos ilustra el Dr. Mario Flores Macal, en su obra Origen, Desarrollo y Crisis de las Formas de Dominación en El Salvador, (SECASA 1983, Costa Rica). Algunas de aquellas maneras coercitivas que el autor citado investigó, fueron:
1-) Trabajo esclavista, o como algunos lo llaman, “mano de obra operativa” o bien “raid esclavista”. Ocurría esto en el período de 1525 hasta el final del siglo XVI, en los tiempos aquellos de la aplicación de las “Leyes Nuevas” de 1542 que abolieron la esclavitud, ¿De dónde sacan entonces los historiadores oficiales las frases melodramáticas que ponen en boca de José Simeón Cañas, de, “si muriendo estuviera, arrastrándome vendría para liberar a mis hermanos esclavos”?
2-) La encomienda, en su segunda versión de cesión de tributos, privilegio acordado por la Corona para los españoles y criollos con “méritos de colonización”.
3- ) La reducción, como centro poblacional organizado por la dominación del primer pacto colonial para mantener cautiva y disponible a la mano de obra indígena y mestiza. (Esta forma de servidumbre persiste hasta nuestros días, sobre las espaldas de los llamados colonos de fincas y haciendas que disimula la condición de parias de un pueblo en su propia patria. El sitio donde tienen su casa los “colonos” es del terrateniente, y por ello dispone de la mano de obra de toda la familia).
4- ) El repartimiento forzoso de indígenas, pieza clave, sobre todo en las explotaciones de añil, encontró unidad productiva en la hacienda añilera sobre la base del latifundio de donde se extrajo el plus trabajo por coacción extra económica de una mano de obra barata y de semi servidumbre.
5-) El tributo, forma típica de servidumbre que se utilizó para trasladar el excedente obtenido en estas tierras a la metropoli española, ¿Quiénes eran los más favorecidos con semejante explotación? La Corona Española, muchos comerciantes de Cádiz y los piratas, según Jaime Miranda Flamenco, en su investigación de 1977, citada por el Dr. Mario Flores Macal.
La forma de explotación añilera por medio de la cual los primeros terratenientes agro-exportadores “empezaron a sentirle el gusto”, al comercio exterior, fue persistente como proceso en desaparición. Las estadísticas de exportación de añil, 55 años después de la Independencia registraban todavía en el año 1876, la cantidad de 1,721,378.00 (de libras), y los registros de las primeras exportaciones datan de 1563, o sea sólo 39 años después de la llegada de los españoles en 1524. El ciclo del añil como primer producto de la mono-agro-exportación, duró más de 300 años. (Dr. Mario Flores Macal Ob. Cit. Págs. 36/40). Tiempo suficiente para organizar todo un modo de vida con sus hábitos y costumbres.
3- LLEGÓ LA INDEPENDENCIA Y ¿QUE CAMBIÓ PARA EL PUEBLO ORIGINAL?
Los datos anteriores indican que 55 años después de la llamada Independencia política 1821, de El Salvador, aquí se continuaba cultivando añil para la exportación, ya que no sabemos que el producto se utilizara en el país. Esto explica por qué décadas después de aquel acto político independentista, los terratenientes continuaban apropiándose de las tierras pertenecientes a las poblaciones de los Nonualcos, al sur-oriente del país. Explica asimismo, la razón de la resistencia del dirigente Anastasio Aquino, encabezando la defensa de las tierras de su pueblo, en 1833. Las movilizaciones de los Nonualcos fueron, en efecto, de auténtica resistencia al despojo de sus tierras y a la explotación de los terratenientes. La guerra, de guerrillas que organizó Anastasio Aquino, y los niveles que la misma alcanzó, llenó de furia reactiva a la clase dominante (naciente oligarquía) incluida la Iglesia Católica, que inventó leyendas negras calumniosas contra las reivindicaciones de los Nonualcos. El carácter de la lucha de clases, demostró el alto grado de agudización a que habían llegado las relaciones de los grupos por ejercer la posesión de la tierra. El dirigente Nonualco, como nadie, comprendió la gravedad que significaba el hecho de que los criollos locales hubieran capturado en sus manos de modo exclusivo el gobierno de la República; se habían adelantado al pueblo representado por los mestizos que tenían una concepción de la Independencia mucho más favorable a los intereses de la nación, de donde se deduce que la oligarquía salvadoreña siempre fue traidora y enemiga de los trabajadores. Los criollos tomaron el poder y de común acuerdo con los españoles que vivían en Guatemala, continuaron la explotación de las comunidades campesinas, incluido el despojo de sus tierras.
El ejercicio del gobierno envalentonó a los terratenientes. Asesinaron de modo terrorífico al Líder Nonualco decapitándole. En una jaula exhibieron su cabeza en la Cuesta de Monteros, a la entrada de la ciudad de San Vicente hasta que se secó: Diez años más tarde, 1843 el gobierno continuaba reprimiendo a la población Nonualca a través del ejército. La historia registra matanzas de indígenas en los Departamentos de Cuscatlán y San Vicente. Como ironía de nuestra terrible historia, correspondió a Gerardo Barrios, como oficial al mando de tropas del ejército salvadoreño, reprimir la rebeldía Nonualca.
4- COMIEZA EL APODERAMIENTO DE LOS RICOS SOBRE LAS TIERRAS DEL PUEBLO.
El prolongado decaimiento del ciclo del añil, coincide en sus últimos 50 años de aquel periodo, con el apoderamiento sobre las tierras de propiedad colectiva nacional, con el afianzamiento del poder de la dictadura cafetalera, que ha sido de una crueldad económica, social y política indescriptible para el pueblo salvadoreño. La sustitución del producto agrícola principal de exportación, se produjo en medio de un proceso tortuoso que arrasó propiedades, modos de vida y estructuras poblacionales de amplios grupos ligados a la tierra y sus maneras de producir. Los propósitos de abarcar más dominio en otras esferas económicas, y aplicar ampliaciones del poder político desde el control del Estado, -en la práctica-, constituyó el programa político de la oligarquía en formación desde los tiempos de la Independencia hasta finales del siglo XIX (1899) O sea que los primeros cien años de independencia fueron el escenario donde los terratenientes enquistados en el Estado, se disputaban las tierras de los pequeños propietarios.
En el caso de la sustitución del añil por el cultivo del café, no todos los añileros estaban de acuerdo con los propósitos del grupo de hacendados que dominaba el Estado. Muchos pequeños añileros se resistían y se aferraban a un cultivo que no tenía futuro, escribió Bourne W. Clinton, en investigación histórica de 1946, citado por el Dr. Mario Flores Macal.
En el año 1840, cuando se efectúan las primeras exportaciones de café, el gobierno estaba siendo ejercido por un grupo de hacendados añileros que a partir de 1848 dictan una serie de medidas con perspectivas proteccionistas para el nuevo cultivo, y que favorecían a sus intereses. El autor de Origen, Desarrollo y Crisis de las Formas de Dominación en El Salvador, escribe: “En muchas actas oficiales del Supremo Gobierno de entonces, predominan las firmas de familias con apellidos como Alfaro, Palomo, Regalado, Orellana, Escalón, Prado, Meléndez… muchos de los cuales aún forman parte de familias terratenientes de las más ricas del país. (“Ob. Cit. SECASA, Costa Rica, 1983, Dr. Mario Flores Macal).
Está claro que los orígenes del cultivo del café estuvieron relacionados con el cambio profundo en el sistema de tenencia de la tierra cultivable, en provecho del pequeño grupo de familias que ejercía el control del Estado. A partir de 1869 una parte del financiamiento del cultivo del café se efectuó por aportes de inmigrantes europeos que se vincularon con familias de la clase dominante.
5- PERÍODO CLAVE PARA EL AFIANZAMIENTO DE LA ECONOMÍA CAFETERA.
El despojo de las tierras comunales y ejidales lo hicieron los cafetaleros de la creciente burguesía en el gobierno. Los terratenientes actuaron en forma drástica y rápida, (método burgués). Con tales procedimientos querían consolidar el poder económico. Es una ley de la historia que indica las formas de persecución, “hasta liquidar al contrario”, que aplica la burguesía cuando actúa como clase en guerra, y ese método era el que aplicaron en El Salvador. Afianzados en el Estado los terratenientes aburguesados consiguieron a través de medidas de clase, dispuesta a quitar del camino a la clase de pequeños propietarios. Además de dejar sin tierras de labranza a las comunidades, poblaciones indígenas y ladinas ejidatarias, aplicaron las siguientes medidas desde el poder político:
1-) Sacar a las comunidades de las tierras estatales, municipales y ejidales de modo definitivo.
2-) Dictar medidas legales a fin de incorporar de manera permanente, y con complicidad oficial, las tierras despojadas para sumarlas al área de cultivo del café.
3-) Los terratenientes liberales cobraron fuerza de “clase nueva”, y mediante golpe de Estado del año 1871, sacaron del gobierno a los conservadores liderados por Francisco Dueñas, que encabezó a una de las familias con más historia de crueldad despojadora de tierras de los pequeños propietarios. Los liberales dirigieron sus pasos políticos a fortalecer las bases del Estado Oligárquico en El Salvador, modelado con su ideología. Centralizaron numerosas funciones financieras para el manejo de la hacienda pública y otras medidas que fueron plasmadas en la Constitución de 1886, que jugó el papel estabilizador económico-legal de la oligarquía cafetera, pues ya no había nada importante que robar. Los liberales ganaron simpatías populares cuando sometieron a la Iglesia Católica, tan dañina en la historia del pueblo salvadoreño, y le recuperaron bienes mal habidos u obtenidos bajo el patrocinio de Francisco Dueñas, apodado el “Fraile”, por sus cercanías con el Obispo Saldaña, señalado como “Clérigo de mala entraña”. Francisco Dueñas dirigió el gobierno de la república 8 veces, la primera desde 1851 y la última hasta abril de 1871.
Estos individuos tuvieron el papel decisivo en el fusilamiento del General Gerardo Barrios en 1865, figura cimera del liberalismo ilustrado en El Salvador. Este destacado político y militar, ha sido en la historia de nuestro país, el único presidente que asumió la presidencia de la República siendo rico y salió de ella pobre. (Según estableció en su Investigación científica, el Licdo. Víctor René Marroquín). Los conservadores y la Iglesia se vengaron del estadista por haber separado la confesión clerical del Estado, puso las bases para el Estado Laico.
La producción de café como nuevo rubro en ascenso de la economía tradicional se vio fortalecida por el apoyo estatal que tomó las medidas para importar técnicos destinados al asesoramiento del cultivo. Los terratenientes dispusieron todo a favor de su perspectiva de dominación ejerciendo poder político abarcador. Para el año 1875, era evidente que la victoria económica correspondía a los cafetaleros agrupados como los más ricos terratenientes. La nueva mono-agro-exportación de café en aquel año, fue de 51%, mientras que la del añil sólo de 24% (Ob. Cit. Dr. Mario Flores Macal).
El grupo oligárquico de terratenientes, desde sus inicios como cabeza de clase dominante, tuvo la característica de ser centralizador en grado patológico, y atraía hacia sus esferas de dominio, todo lo que estuviera próximo a sus negocios:
1.- Ejercían la producción cafetalera explotando al pueblo con maneras “manchesterianas” o sea en condiciones infrahumanas y jornadas prolongadas mal pagadas.
2.- Dominaban el área de la circulación monetaria.
3.- Ejercían el comercio al por mayor en el interior del país mediante la modalidad colonialista de casas: Casa Meardi, Casa Daglio, De Sola, etc. y compraban las cosechas de café a los pequeños productores a precios bajos, incluso compraban anticipadamente las cosechas poniendo los precios ellos mismos, o mediante las formas de “habilitación de anticipos” como forma chantajista de “amarrar” la compra de las cosechas.
4.- Posteriormente efectuaron actividades bancarias.
Los bancos ingleses penetraron la economía del país desde Colombia, y esto atrajo capital británico a El Salvador. Construyeron la empresa ferrocarrilera Salvador Railway Company a finales del siglo XIX, y al haber instalado el naciente sistema de transporte sobre rieles, organizaron el cobro de los impuestos aduanales para garantizarse el pago de la deuda por las inversiones realizadas con capitales provenientes del imperialismo británico.
Las tierras comunales, municipales y ejidales de procedencia estatal, por lo menos sumaban el 40% del área destinada de manera permanente al cultivo del café en el año 1878, y estuvieron formando parte de la acumulación capitalista del país que por ser propiedad indeterminada, se apropió la burguesía proveniente de los terratenientes conservadores y liberales emparentados con extranjeros llegados de Europa. Otros vinieron de Colombia (Guirola, Álvarez, etc.) posteriormente (finales del siglo XIX y comienzos del XX) arribaron al país, judíos, palestinos y libaneses, conocidos en común como “turcos”, porque viajaban con pasaportes de Turquía.
La voracidad de la oligarquía local en crecimiento no conoció límites en la historia para concretar sus afanes de enriquecimiento. De ese modo obligaron en 1879 a los añileros rezagados a sembrar café. El Dr. Mario Flores Macal dice: “A partir de 1881/1882, se produjo la extinción definitiva, irreversible y violenta de aquellas tierras”, por medio de ataque directo. Por esa vía muchos cultivadores inexpertos entraron en los ardides del empeño de sus terrenos, hasta verlos hipotecados y, en muchísimos casos robados mediante maniobras sucias de abogados inescrupulosos al servicio de los millonarios. De aquella forma brutal y arrasadora, los terratenientes salvadoreños unidos a grupos extranjeros impusieron el cultivo, comercio, beneficiación y exportación del café; se convirtieron en habilitadores de dinero, que los volvió grupo poderoso que nada respetó en materia económica ni leyes de la República.
Habiendo impuesto el dominio de su clase terrateniente-burguesía, ésta formó su cúpula: la oligarquía. Ejercía la presidencia, o ponía y quitaba presidentes y ministros, y manejaba el país como si hubiera sido su propia finca. En el año 1895, la oligarquía cafetalera consolidada, gobernó a partir de entonces enseñoreada en El Salvador, mientras que las antiguas comunidades indígenas, los artesanos y pequeños propietarios, el pueblo, habían sido sometidos a un proceso de empobrecimiento y proletarización despiadada que duró alrededor de 70 años. De propietarios y dueños del país estaban convertidos en siervos de la tierra, colonos y simples jornaleros vendedores de fuerza de trabajo, sin un pedazo de tierra donde tener su propio rancho y familia. El pueblo salvadoreño que fue de pequeños propietarios quedó convertido en objeto de explotación directa con todo y su familia.
Resumen: 1-) Cuando concluyó en lo fundamental el proceso económico-social de 375 años (1524-1900), esbozado aquí, los aspectos relevantes de la política de despojo y saqueo de los terratenientes aburguesados emparentados con extranjeros, no dejaron ninguna duda del tipo de clase concentradora de la riqueza que se propusieron ser. 2-) Sus objetivos de despojar a los pequeños propietarios de sus tierras, y el apoderamiento de hecho de las tierras estatales y ejidales que trabajaban las comunidades indígenas y mestizas, habían producido el empobrecimiento y proletarización masiva de trabajadores campesinos. 3-) Al no tener medios de producción que los uniera a la gestión económica principal del país, como mono productor de añil o café para el mercado, quedaron excluidos de la actividad económica. 4-) La concentración y centralización de la riqueza de la tierra en manos de un grupo reducido de familias, los convirtió en simple fuerza de trabajo para ser empleada en fincas y haciendas ajenas. La obra egoísta y deshumanizada de los terratenientes salvadoreños fue hecha a la medida de su esencia. 5-) El pueblo salvadoreño luchador por la existencia y por los principios de la independencia nacional, a lo largo de ese período fue despojado de sus bienes materiales y convertido en paria. 6-) Era manejado y conducido con bastante facilidad, bajo los efectos de la ideología, de los grupos más retrógrados –entre los que sobresalió la Iglesia católica-, en medio de un régimen injusto, cuya política de degradación y explotación de los trabajadores fue el centro de sus objetivos. El ejército salvadoreño que fue fundado por el Gral. Manuel José Arce, tenido como prócer de la independencia en 1821, jugó el papel brutal de descabezador de la naciente independencia y democracia. 7-) Lo sorprendente en el proceso social descrito, es el sojuzgamiento real de que el pueblo salvadoreño ha sido víctima, y no haber logrado la unidad necesaria para liberarse y conquistar el triunfo de la justicia y la equidad social sobre sus opresores.
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